miércoles, 19 de diciembre de 2007

la experiencia de la lectura

Por Genevieve Patte

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¿Cómo escojo mis ejemplos? Impugno de buena gana una cierta cantidad de ideas preconcebidas acerca del gusto de los niños y elijo libros que –según mi experiencia y la de otros adultos- tienen gran éxito entre ellos a pesar de que no corresponden a los gustos que se les atribuyen habitualmente. De este modo, defiendo la ilustración en blanco y negro. Me opongo al “color a toda costa” que lleva a veces a rechazar obras maestras. Muestro, por lo tanto, algunos libros en blanco y negreo que son muy apreciados porque en verdad, paradójicamente, algunos libros en blanco y negro pueden estar llenos de matices y de vida. Así muestro un libro de Arnold Lobel que está siendo traducido, Hildilid´s Night, en el cual el negro, la noche, tiene una presencia intensa y es absolutamente indisociable de la historia.

Muestro y narro, también, un libro en blanco y negro, Bebé, de Fran Manushkin, que hemos presentado a los niños de la Biblioteca en su edición original, es decir, en inglés. Frente al éxito inmediato de este libro único, intentamos convencer a varios editores franceses para que lo publicaran. No fue una tarea fácil. Al fin, un editor particularmente audaz ensayó la experiencia, pero se sintió obligado a agregar color en la cubierta, pensando que así el libro se vendería mejor.
Claro que esto no agregó nada, incluso resulta muy artificial. De cualquier modo, lo que importa es la manera de relatar, la historia, la eficacia de uno u otro recurso al servicio del relato.

Recuerdo particularmente a una niñita a quien yo le narraba Bebé, esa historia tan fuertemente afectiva, y que acariciaba amorosamente ciertas dobles páginas diciéndome: es un libro feliz.

Estos ejemplos diferentes demuestran que no es posible hacer una adecuada escogencia de un libro simplemente hojeándolo, mirando rápidamente las imágenes, diciendo: es lindo o no es lindo, ya que se arriesga una grave equivocación. Lo que importa es la fuerza del relato, presentado tanto por las palabras como por las ilustraciones. Aquí también impugno algunas ideas preconcebidas acerca de la infancia, el sueño, la poesía. Algunos libros ilustrados recientes seducen a los adultos nostálgicos porque sus ilustraciones estetizantes presentan un cierto modo esfumado inmaterial.

Esto me lleva a hablar del realismo a través de ciertos ejemplos. Trato de mostrar que hay diversas formas de realismo: afectivo, psicológico...

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