sábado, 28 de febrero de 2009

¡Cuándo cuentes cuentos, cuenta cuantos tienes!


pag.-3

La magia del texto. ( Definición del texto como un entramado o tela.)

SIGNIFICACIÓN.- (Lo que es para mí.)
INTERPRETACIÓN.- (Lo que opina el otro de mi trabajo.)
EMOCIONES.- (HASTA DONDE ES “PLACENTERO”.)
SENSACIONES.- (TODAS +++:::??=--@@).)
SITUACIONES.- (PLACENTERAS, SE REALIZA CON GUSTO.)
LEER POR PLACER.- (DECISIÓN, ACCIONAR EL TEXTO.)
GOCE DE LA LECTURA.- (RECREACIÓN.)

En el esfuerzo porque el maestro conozca los fundamentos de la lectura y escritura en el aula se podrá aterrizar en lo que la sociedad demanda de la escuela, que los alumnos salgan de ella realmente leyendo y escribiendo; entonces habremos dado un gran paso en la función de la escuela, manejar el cuento, el juego, la emoción de ver a los alumnos aprender a aprender.

Revisemos, como docentes, los contenidos que maneja nuestro programa, y tratemos de imaginar qué tipo de actividades lúdicas se pueden implementar llegado el momento. Recuerda que lo más importante es conocer los materiales para saber en qué momento son útiles y para cuáles de los objetivos que quieres lograr. Siempre habrá una manera divertida de hacer las cosas sin descuidar la formalidad de la ortografía y de las reglas de la escritura, ya que el niño podrá acudir a la autocorrección y al análisis estructural de la lengua de manera natural y significativa.

Te invito a que reflexiones sobre tu práctica docente.

No debería haber dudas al respecto en la propuesta educativa que pretendemos implementar, llegando a este punto.

El conocimiento que se tenga de la propuesta de trabajo y el saber que se puede llevar a cabo a partir de las necesidades de manejar el cuento, el juego, la narración, el teatro, la danza, como un andamiaje que permita abordar los contenidos educativos en el aula, en un ambiente lúdico, aprendiendo las reglas del juego (reflexión sobre la lengua), echando mano de los personajes y desde una propuesta de trabajo clara permitirá lograr que los alumnos sean capaces de comunicarse con propiedad en forma oral y escrita con su familia, en la escuela, los amigos, y en la calle.

Sigamos explorando en Gianni Rodari, Bruno Bettelheim, Frank Smith, Donald Graves, Winnicot, Daniel Cassany, Graciela Montes, Gerardo Cirianni, Cecilia Fierro, Margarita Gómez Palacio, Bruner, Vigotsky, etc., y tantos que faltaría espacio para poder nombrarlos a todos.

* El Lic. Jesús Villamil forma parte del equipo técnico estatal del PNL en Zacatecas.
Correo electrónico: pnlzacatecas@hotmail.com

¡Cuándo cuentes cuentos, cuenta cuantos tienes!


pag.-2

Cuando el niño juega lo hace de verdad poniendo en ello las herramientas que él posee, que son la imaginación y el juego. “Las nuevas adquisiciones cognoscitivas van siendo producto de su comprensión lectora, la generación de un significado para el lenguaje escrito estableciendo relaciones con los conocimientos previos y los recuerdos de sus experiencias” (Wittrok).

Para nosotros es conocido el trabajo de Frank Smith: “entre la información visual (del texto) y no visual (experiencia), que son los conocimientos del lector, se coloca al lector en un plano totalmente opuesto al asignado por la postura de la escuela tradicional”.

Las teorías interaccionistas chocan de frente con el tradicional dictado y copiado a las que se somete al alumno en ese ambiente que se traduce en una gran carga de obligatoriedad.
El desarrollo del sujeto esta condicionado por la sociedad y su cultura, el aspecto lingüístico a partir del cual el sujeto orienta la actividad comprensiva del mundo en que se desenvuelve.

Rodari, Gianni, Gramática de la fantasía, Ed. Aique, Buenos Aires, 1997 (disponible en los Centros de Maestros)




¿Qué le sucede al lenguaje natural del niño?

El lenguaje que le es natural y propio, en la escuela sufre el condicionamiento. Pensemos en la lectura del mundo y sus modalidades: un verdadero reto, la construcción de andamiajes para llegar al desarrollo del pensamiento, su estructuración semántica, el manejo de la lingüística. El lenguaje familiar satisface sus necesidades de conocimiento, lo nutre, lo cobija, las canciones rítmicas de la cuna le dan la tranquilidad pero a la vez percibe el lenguaje; establecen un puente entre las sensaciones y las emociones que le proporciona la lectura de las relaciones orales, la lectura de gestos y matices implícitas en las conversaciones cotidianas y por último lectura de imágenes y señales.

Cada niño interactúa con las personas y con su medio para bien o para mal. Por esto considero que es importante un cambio en la orientación de la practica de los maestros. Yo diría que existe una estrecha relación entre la palabra y el juego como materia que nos permite entrar al terreno de la “fantasía”, terreno que en los niños es natural. Los chicos tienen como única herramienta de trabajo el juego y la fantasía, es más divertido y útil, como quien entra por una ventana en lugar de hacerlo por la puerta, como algo novedoso, como diversión, la palabra es el vehículo prodigioso que nos abre la puerta (o la ventana) de lo imaginario, ¿a dónde nos lleva la palabra?.

La imagen de una piedra que cae en el estanque, formando ondas concéntricas en la superficie y que de los movimientos invisibles que se propagan hacia el fondo, provoca una serie de reacciones en cadena, implicando en su caída sonidos e imágenes, analogías y recuerdos, significados y sueños, en un movimiento que afecta a la experiencia y a la memoria, a la fantasía y al inconsciente, además le complica el hecho de que la misma mente no asiste pasiva a la representación, sino que interviene continuamente, para aceptar y rechazar, ligar y censurar, construir y destruir, y el juego de las palabras surge como, el juego del “cuenta juegos”.
El niño se la pasa inventando sus cuentos, pero ¿Que sucede en la escuela?, ¿Qué hacemos en el aula? En su historia, en el momento preciso surge la censura ejercida por el modelo educativo cargado de obligatoriedad, el ámbito educativo no es el adecuado para superar ciertos condicionamientos, y no podemos subestimar su capacidad de reaccionar creativamente ante lo que ve y oye.

La palabra, buena o mala, que el niño encuentra en la familia, le revela los nuevos valores que el niño absorbe en el ambiente educativo no represivo. El niño aprende a manejar los pares opuestos, en lo que Max Ernst maneja como el desarrollo sistemático. Veamos un ejemplo, la enunciación de las palabras “ciudad”, “perro”, “maestro”, dicen algo, pero si les agregamos otra palabra que indique movimiento, como “ciudad, volar”, entonces ya tenemos una historia que contar, ¿Cómo sería la ciudad de Zacatecas si volara?, ¡O sí de pronto todos los maestros desaparecieran de las escuelas!, etc.

¡Cuándo cuentes cuentos, cuenta cuantos tienes!


Lic. Psic. E. J. Jesús Villamil Alcántar*

pag.-1

Así comienza una frase muy usada en los rincones de lecturas ¡Cuando cuentes cuentos!, ¿Qué nos quiere decir? ¿Adonde pretende llevarnos? ¿Desde cuando y para qué se utiliza el cuento en la sociedad?
El cuento es la ilación de ideas que son el reflejo sintético de la palabra; las palabras surgen como cascadas en el torbellino de las emociones, las sensaciones, al descubrir el placer que produce la comunicación de sus ideas, producto de su imaginación y de sus fantasías.
“Los niños inventan al mundo: en lo que dicen, en lo que escriben, en lo que pintan” Frida Shultz.
Los cuentos populares presentes en la tradición oral de los pueblos, sobreviven gracias al lenguaje y por ende a la palabra; así, la palabra es el primer texto al que se enfrenta el ser humano.

“Un mundo habitado por palabras”

En el principio la palabra es amor...
En el vientre materno el niño aprende a distinguir la palabra, empezamos a ser leídos, en tanto somos descifrados.
Así también empezamos a leer, a interpretar los matices de la voz, a reconocer los distintos códigos: distingue la palabra suave, dulce, cariñosa, maternal, pero también aprende a distinguir la palabra dura, rasposa, agresiva, amenazante, absorbe del medio ambiente la palabra, las voces conocidas y los contextos en los que se tejen. A este acto le podemos llamar ya actos de lectura, “la lectura se define entonces como un proceso constructivo al reconocer que el significado no es propiedad del texto, si no que se construye mediante un proceso de transacción flexible en el que el lector le otorga sentido al texto.” (Piaget.)

El lenguaje familiar se convierte en el primer texto de lectura, al interpretar los matices afectivos en una gran diversidad de contextos, cumpliendo así la función informativa y la función expresiva del lenguaje.
De ahí la trascendencia de esos primeros años de lectura no alfabética en la formación de los futuros lectores.

Esto ocurre precisamente al reconocer la palabra en un nivel de juegos mentales, en la construcción del significado, al ir estableciendo ciertas analogías verbales y visuales, llegado a este punto la idea surge de la “condensación de imágenes” (Freud).

Volvamos al texto de Gianni Rodari “Gramática de la fantasía” : ¿Qué atmósfera se crea cuando el padre intenta “apagar” al “niño lamparita”?
O bien, al igual que la piedra en el estanque que cuando cae en la superficie del agua, las ondas concéntricas no solo se forman en la superficie si no que también lo hacen hacia abajo, atravesando distintos niveles de experiencias.
¿Cómo se apaga una lamparita? ¿Qué gestos y movimientos se realizan para apagar la lamparita?. El conocimiento que de esto se tiene es fundamental, el conocimiento pasa de la cabeza, a las orejas, a la nariz, el ombligo, etc.; lo que nos da el conocimiento del cuerpo.

El cuerpo permite participar en el colectivo, en este punto los niños empiezan a manejar el pensamiento lógico embrionario, a este ciclo llamado el semántico es el más importante ya que son palabras y su significado en ese sentido es realidad fantasía.

El proceso que desde la familia se da en forma natural para hacerlo encajar en los rigurosos patrones formales de lo correcto del buen decir y de la pronunciación según los modelos, la secuencia establecida al ejemplo, de ese oso se asea así, afuera de la cartilla se queda el mundo de los juegos, de la emoción de los cuentos fantásticos, de los códigos secretos de media lengua, así se establece la frontera entre la palabra permitida y aquella infantil que “sólo sirve para jugar” (pero que nos pertenece).