martes, 2 de octubre de 2007

Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura

Por Michèle Petit

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(Texto de la conferencia pronunciada el 27 de julio del 2000, a propósito de la publicación del libro del mismo nombre en la Biblioteca de Actualización del Maestro)

Quisiera ante todo agradecer el honor de haber sido publicada en la Biblioteca para la Actualización del Maestro, agradecer a la Secretaría de Educación Pública y expresar mi particular reconocimiento al señor Olac Fuentes Molinar, a Elisa Bonilla, a Rebeca Reynoso, a Sasha de Silva, y también a Daniel Goldin, del Fondo de Cultura Económica.

Propuse hablarles un poco de ese libro, y después tendremos tiempo para una discusión, para que ustedes puedan evocar tambien sus experiencias o sus preguntas.

Este libro nació de una propuesta que me hizo Daniel Goldin, para leer en México, en otoño de l998, cuatro conferencias sobre el tema de los jóvenes y de la lectura. Una propuesta audaz, porque yo no era lo que podría llamarse una especialista de esa cuestión. ¿Qué era entonces lo que me confería autoridad para disertar sobre ese tema? Era el hecho de haber realizado, desde 1992, como antropóloga, investigaciones sobre la lectura y la relación con los libros, en particular en lugares donde uno puede ser expuesto a la marginación y al aislamiento, tanto en barrios "desfavorecidos" de ciudades francesas como en regiones rurales. También el hecho de haber escuchado a jóvenes y no tan jóvenes decir qué cosas habían cambiado en sus vidas a partir de la lectura y en ciertos casos de la frecuentación de una biblioteca. Y quisiera decir de entrada que lo que yo aprendí sobre la lectura se lo debo ante todo a esos lectores. Se lo debo también a algunos escritores, psicoanalistas, sociólogos, historiadores cuyas obras y trabajos he leído como contrapunto a mis investigaciones. Se lo debo por último a mi propia experiencia como lectora, sobre la cual he tratado de reflexionar un poco.

En el curso de las conferencias reunidas en este libro he intentado demostrar que por obra de la lectura, aunque sea episódica, los jóvenes pueden estar mejor armados para participar activamente en su propio destino, aún en contextos sociales muy desfavorables. Mejor armados para resistir a ciertos procesos de marginación. Y para elaborar o reconquistar una posición de sujeto, en vez de ser solamente objeto en los discursos de otros. Por lo tanto me parece que el desafío del desarrollo de la lectura no se reduce a un desafío "social", especialmente entre chicas y chicos para quienes leer no es algo evidente al comienzo. Me parece que ese desafío tiene que ver con la condición de ciudadano, con la democratización profunda de una sociedad.

Podrían decirme entonces que situar la lectura del lado de la emancipación y de la construcción del ciudadano no es nada novedoso y que mi editor y yo parecemos bastante pretenciosos al haber intitulado la obra Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura. Desde hace por lo menos dos siglos se supone que el libro debe permitir al lector conquistar la aptitud de juzgar por sí mismo, sin directivas ajenas: en ese registro se justifica el acceso al libro en los países democráticos a lo largo de todo el siglo XIX, siguiendo la estela del Iluminismo, y aún en nuestros días, en gran medida. Sin embargo observemos que casi siempre era una lectura bien determinada la que supuestamente debía conducir al lector a la emancipación: la lectura disciplinada y controlada de obras instructivas.

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